Acabo de encontrar este poema entre los documentos del word. Se lo escribí a un tipo llamado Nicolás (no me preguntéis por qué me acuerdo de su nombre), pero se acercó en la Plaza Mayor hace un par de meses y me dio el tema de la rabia. Él fue quién me regaló el poema de la prostituta china, para los que sabéis de lo que estoy hablando. En fin, me gustó mucho escribirlo, y pensé que lo había perdido, pero aquí está. No tengo foto del poema porque mi móvil es del Mesozoico y no tiene cámara. Lo debí copiar así en plan rápido, a lo old school. Soy una chica tradicional. Qué le vamos a hacer.
(La rabia)
Hoy he soñado con una manada
de perros magullados.
Me perseguían
contagiando con negro
mis miedos
salpicando de espuma verde
las farolas ancladas al cemento.
Yo corría.
Exhausto.
Jadeando la rabia
igual que ellos.
No tropieces… susurraba
y los perros avanzaban arrastrando
los miembros…
pintando las aceras
con la sangre derramada.
No te caigas, no te caigas!
No te rindas, sigue corriendo!
Es la rabia… son los perros.
No mires atrás…
Sigue corriendo.